
Cerrito: Una escuela, un hotel, un modelo para el futuro
Hace unos días, investigando lugares distintos para desconectar un poco de la rutina, me encontré con el Hotel Escuela Cerrito. Me llamó la atención varias cosas de este lugar, primeramente la propuesta educativa y autosustentable, así que les escribí para conocer más sobre el proyecto. La respuesta llegó enseguida: pude conseguir una invitaron a pasar unos días ahí, y acepté sin dudarlo. Lo que viví superó ampliamente cualquier expectativa.
El lugar está super cerca, ubicado exactamente a unos 46 kilómetros de Asunción, en la localidad de Cerrito (Chaco paraguayo), este hotel forma parte de un modelo único en el país y en la región. ¿Pero porqué, te preguntaras? Es que nada más y nada menos está gestionado por estudiantes de la Escuela Agrícola Autosustentable San Francisco de Asís, quienes se forman en hotelería, turismo y producción agropecuaria. Son jóvenes de entre 15 y 18 años que a través de la práctica diaria, llevan adelante todo el funcionamiento del lugar: desde la recepción, la cocina y el servicio, hasta la elaboración de alimentos que se consumen en el hotel y se comercializan localmente (recomiendo ampliamente los quesos que son de una calidad espectacular).
Me alojé en una de las cabañas disponibles, muy cómodas y rodeadas de naturaleza. El entorno es silencioso y perfecto para descansar. Uno de los aspectos que más me sorprendió fue el desayuno: huevos frescos, leche recién ordeñada, yogur casero y quesos elaborados por los propios estudiantes. Todo con un sabor y una calidad espectacular.
Dato de interés
El Hotel Rural Cerrito puede albergar más de 250 personas y ofrece piscina, juegos, deportes, senderos para caminatas o bici, quinchos, wi-fi y televisión. Ideal para descansar y disfrutar la naturaleza.
“En Cerrito no solo descansás: aprendés, conectás con la naturaleza y con personas reales, y te volvés parte de un proyecto educativo autosustentable que transforma vidas y demuestra que otra forma de hacer turismo sí es posible”

Además del alojamiento, el hotel ofrece muchas actividades, desde la hermosa piscina, quinchos (donde pude cocinar unas pizzas caseras en tatakuá) caminatas guiadas por los mismos alumnos, caminatas por senderos, juegos de salón, bicicletas, y un excelente tour por la fábrica de lácteos y quesos del lugar, donde suelen ofrecer experiencias gastronómicas con quesos y vinos. Cada experiencia está atravesada por el compromiso de los estudiantes y el valor de lo hecho en casa.
Lo más importante: todo lo que se genera en el hotel se reinvierte en la escuela. Es un modelo que no depende de subsidios estatales, y que permite sostener una educación técnica de calidad para jóvenes rurales, a través del trabajo real y organizado, nada mejor que eso. Como visitante, uno no solo descansa: también forma parte de ese impacto.
Recomiendo la visita a este lugar para quienes busquen un lugar tranquilo, pero también a quienes quieran conocer de cerca un proyecto que combina educación, trabajo y turismo de forma ejemplar.
Para reservas e informaciones los contactos del Hotel Cerrito son +595976360833 o a instagram: cerrito.py